¿Hablan hombres y mujeres de modo diferente?

Parece que sí, que hay diferencias en el modo de hablar de cada género. Bueno, de cada género en sentido amplio: los grupos sociales tienden a emplear estrategias lingüísticas de identificación, para diferenciarse de otros grupos, para afirmarse y para crear y mantener lazos sociales, como mencionábamos en un post sobre un estudio del uso del diminutivo en el habla de Sevilla.

Un ejemplo aún más sorprendente es el estudio de Fien de Latte (2020) sobre el vocativo en el habla de los jóvenes de Madrid, cuya presentación está disponible en línea aquí. De este interesante trabajo me llamó mucho la atención la claridad con la que los datos mostraban un rasgo lingüístico definitorio del habla de las jóvenes madrileñas: el uso del vocativo.

El gráfico es suficientemente elocuente: las chicas emplean el vocativo mucho más que los chicos, y el doble más si tienen entre 14 y 17 años que tienen de 19 a 23. Si aceptamos la idea de que el vocativo es un comportamiento lingüístico de cohesión grupal, esta diferencia sugiere que entre las chicas, sobre todo de 14 a 17, la cohesión y la autoafirmación se realiza gracias a este instrumento lingüístico. No quiere decir esto que en los chicos no se dé; quiere decir que no se expresa con vocativos. En cualquier caso, el estudio del vocativo en diferentes sociolectos parece muy prometedor.