¿Para qué sirve el diminutivo?

Acabo de participar en mi primera conferencia online y la verdad es que es un lujo tener a tu disposición vídeos de las presentaciones, sobre los que volver à volonté para comprender, aclararse y tomar notas. Otra de las sabias enseñanzas de esta pandemia mundial.

Pues en estas IX Jornadas Internacionales de Lingüística Hispánica: Lazos y distancias (IXJILH), me ha cautivado la presentación de Marta León-Castro Gómez, de la Universidad de Sevilla, que habla de los usos de los diminutivos -ito e -illo en el habla de Sevilla, analizando los datos del corpus PRESEEA. Esta presentación se encuentra en youtube, aquí.

Nos recuerda Marta León-Castro Gómez que el diminutivo se sufija a varias categorías gramaticales, no solo al nombre y al adjetivo, sino también a adverbios, pronombres, partículas y locuciones, y muestra que -ito se emplea en todas estas categorías, mientras que -illo se restringe a nombres, adjetivos y locuciones. También nos muestra que -illo, que puede parecer tan característico de hablas meridionales como la sevillana, tiene un empleo muy minoritario: solo el 6,7% de los casos del corpus, frente al 93,3 % restante de -ito.

Es divertido ver cuáles son las palabras con diminutivos más frecuentes en el habla de Sevilla:
  • poco (poquillo: 12 tokens, poquito: 153 tokens); 25,6% del corpus
  • chiquitito: 16 tokens
  • pequeñito: 14
  • cervecita: 11
  • cosita: 11
  • cerquita: 9

Entre otras muchas cosas, el estudio de Marta León-Castro nos recuerda que el diminutivo no solo sirve para indicar tamaño o vínculo afectivo, sino que puede expresar diferentes valores semánticos (tamaño, atenuación e intensificación):

Valores semánticos del diminutivo:
  • Tamaño: (17,4% de los casos de los 644 del corpus)
    • "si llamas un cambio poner un pequeño parquecito
    • "las casitas bajas del instituto se inundaron"
  • Atenuación: (62,4%)
    • "Qué fue, una semana? -Sí, una semanita; fueron cinco o seis días"
  • Intensificación: (20,2%)
    • "Me buscaba partituras (...) superfacilitas"
    • ¿Cómo te las sueles pasar, las vacaciones? - Lo pasas bien pero cortito cortito.
Curiosamente, parece que el valor semántico puede estar aportado al mismo tiempo por el diminutivo y por otro elemento. Estos ejemplos nos muestran que el valor de tamaño disminuido está expresado ya en el adjetivo que califica al nombre sufijado; Igualmente, el de intensificación está facilitado en estos casos por el perfijo super- y por la reduplicación.

Igualmente, si -ito expresa mayoritariamente la atenuación (60,9% de los casos), el sufijo -illo expresa prácticamente solo este valor, ya que acaparae el 83,7%, es decir, 36 de los 43 casos del corpus.

El diminutivo también puede realizar una variedad de funciones discursivas, como expone la autora siguiendo a Reynoso Noverón (2005): cuantificadora, descentralizadora (presentar la entidad o cualidad como poco representativa de lo que se describe) y centralizadora, positiva y negativa (depreciativa), irónica y amortiguadora (eufemística):

Ejemplos de funciones discursivas del diminutivo (Reynoso Noverón 2005):
  • Tamaño (11,3%): ver arriba
  • Centralizadora (48,9%): "Tengo ganas de descansar un poquito ahora"
  • Descentralizadora (18,5%): "Aproveché para (...) pasarme con mi familia unos diítas"
  • Afectiva (8,7%): "murió mi abuelita que te he contado", "un cafelito"
  • Negativa (3,7%): "yo es que no entiendo a los polis (...) solo quieren estar con su papelito rosa"
  • Irónica (2%): "la liamos un poquito"
  • Eufemística (6,9%): "Natalia es un poquito más gordita, pero para comérsela también"
El cálculo de las frecuencias de este estudio muestran que casi la mitad de los casos cumplen una función centralizadora, y pone de manifiesto alguna diferencia entre el empleo de -ito e -illo: se prefiere el diminutivo -illo para expresar descentralización (28%, vs. 7% de -ito) y función afectiva (13,9% vs 8,3%).

Estas funciones discursivas pueden relacionarse con los valores semánticos mencionados anteriormente, mostrando ciertas equivalencias: la expresión semántica de tamaño expresa no solamente tamaño, sino también  una función afectiva o despreciativa. Igualmente, los valores de atenuación e intensificación expresan frecuentemente una función centralizadora, y en ocasiones descentralizadora.

Otro punto interesante de esta presentación es la preferencia de -ito o -illo según el tipo de secuencia discursiva, es decir, segun un texto sea narrativo, expositivo o argumentativo. Sus datos muestran que -illo se utiliza indistintamente en todas las secuencias narrativas (con 30-37% de casos en cada una), pero que -ito es más frecuente en textos expositivos (50%), que en narrativos (32%) o argumentativos (16,5%).

Es curiosos también que el tema de la conversación, sea de índole pública o privada, no influye significativamente en la preferencia de uno o otro sufijo.

También analiza las diferencias entre conversaciones con un entrevistador conocido anteriormente o no (lo que denomina "tenor"), y muestra que la frecuencia de diminutivos es similar en ambos casos (52,6% con interlocutor conocido y 47,4 con uno desconocido). La autora, basándose en la idea de que los diminutivos deberían ser más frecuentes con hablantes conocidos, explica esta frecuencia ante un entrevistador desconocido por "una voluntad del hablante de salvaguardar su propia imagen y reforzar su relación con el oyente", es decir, que el diminutivo sería entonces una herramienta para crear empatía con desconocidos. Esta idea es sumamente interesante, pero creo que tal conclusión requeriría un estudio más pormenorizado que indicase las diferencias con un entrevistador conocido o no.

Aún más interesantes me parecen las diferencias sociolectales en el uso del diminutivo: si bien no se encuentran diferencias notables según el sexo (aunque parece que las mujeres utilizarían -illo un poco más que los hombres), sí que se encuentran diferencias según el hablante pertenezca a un sociolecto alto (que recoge un 30-36% de los diminutivos) o bajo (63-70%). Así pues, los hablantes de sociolectos bajos emplean los diminutivos con el doble de frecuencia que los hablantes de sociolectos altos.

Otra diferencia sociolectal importante es la que afecta a las diferentes generaciones, ya que la relación entre edad y uso del diminutivo es inversamente proporcional: los jóvenes la emplean con más frecuencia (43%) que las generaciones intermedias (32%); y éstas, más que los mayores (25%). La autora anuncia también que, en sociolectos medios, las mujeres emplean los diminutivos con más frecuencia que los hombres, aunque al tratarse de un trabajo en curso, tendremos que esperar para confirmar este punto.

Total, que este trabajo me parece muy muy interesante, sobre todo por su aportación en los siguientes puntos:
  1. Las precisiones sobre las interpretaciones semánticas y las funciones discursivas del diminutivo.
  2. Las diferencias en las categorías gramaticales a las que pueden sufijarse -ito e -illo.
  3. Las palabras con diminutivo más frecuentes en el habla de Sevilla.
  4. Que -ito se emplea muchísimo más que -illo (c. 93% vs. c. 7%)
  5. Que ambos se emplean como atenuadores, y en segundo lugar para esxpresar tamaño (con -ito) o intensificación (con -illo).
  6. Que ambos se emplean con una función centralizadora (siendo -ito la forma más frecuente) y descentralizadora (con mayor frecuencia de -illo).
  7. Que -illo se utiliza indistintamente según el tipo de texto, mientras que -ito se emplea más en textos narrativos (50%) y narrativos (32%).
  8. Que los diminutivos se asocian con los sociolectos más bajos, y que se emplean más entre los jóvenes de 20-34 años (43%) y entre hablantes de 34 a 54 años (32%).
  9. Por último, es muy interesante la diferencia de valor semántico según los hablantes se conozcan o no, ya que se emplearían intensificadores entre hablantes que se conocen, y atenuadores con hablantes no conocidos antes de la entrevista.
  10. Este último punto sugiere que intensificadores y atenuadores funcionan de modo diferente como instrumentos de creación de empatía: los atenuadores se emplearían más para crear un vínculo identitario, y los intensificadores para mantenerlo.



Lecturas complementarias:

  1. Atenuación e intensificación: Este artículo lo resume brevemente, y para más detalles se puede consultar esta presentación más completa.
  2. Reynoso Noverón (2005).


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